Vlad Dracul Tepes.Biografía.

Ah, Escucha A Los Hijos De La Noche,

¡Que Dulce Música Crean!

-Drácula, de Bram Stoker

Pocos personajes de ficción han tenido jamas el empuje y el fervor popular que ha tenido Drácula. El elegante vampiro une Eros y Thanatos en una relación sadomasoquista entre el monstruo y su publico.

Sin embargo, Drácula no fue el primer vampiro de la literatura. Ateniéndonos a las creencias populares, toda una pléyade de chupasangres han poblado el inconsciente humano desde los inicios de la historia hasta nuestros días, desde los Rappaganmekabr acadios, a los Strigoiu rumanos, de los Gwdhawr galeses a los jirinki japoneses.

Ya en el siglo pasado, Sheridan Le Fanu escribe Carmilla, antepasado femenino del Príncipe de las tinieblas...Pero hay horrores mas allá de la literatura.......

Vlad III de Valaquia era hijo de Vlad II Dracul, quien a su vez era hijo del gran caudillo valaco Mircea Cel Bartin, de la dinastía de los Basarab, que rigió los destinos de Valaquia durante siglos.

Valaquia es un pequeño país en el crisol eslavo. Encuadrada en la antigua Dacia del imperio Romano de Oriente, nunca pudo competir con potencias locales como Hungría o Turquía. En Valaquia, como casi toda la zona, las etnias eran muy numerosas y diferenciadas: húngaros, alemanes, boyardos y serbios convivían con grandes dificultades.

Vlad III nació en Sighishoara, Transilvania, en 1431, durante el exilio de su padre Vlad Dracul (de la Ordo Draconis). Este intentaba conseguir fuerzas para derrocar a Alexandru I, usurpador del trono de Valaquia.

Poco se sabe de su infancia, excepto que tuvo dos hermanos, Mircea y Radu. Cuando su padre, Vlad Dracul, recupera el voivodato en 1435, comienza la verdadera educación de nuestro personaje, la clásica para todo caballero cristiano: las artes de la guerra y de la intriga.

Cuando, en 1442 los turcos invaden toda Transilvania y Valaquia, Dracul consigue mantenerse como voivoada, a cambio de pagar tributo al sultán y entregar a su hijo en prenda. Este dato será vital para la vida de su hijo, pues con los turcos aprenderá las crueldades de la tortura, al tiempo que conocerá de primera mano las tácticas del ejercito otomano, lo que le será muy útil en el futuro.

Sea como fuere, su calidad de rehén fuerza a su padre a no compromerterse con el ejercito cristiano cuando en 1444 el rey húngaro arma un enorme ejercito para expulsar a los turcos. La derrota fue terrible. El comandante del ejercito, Juan Hunyadi, hubo de escapar de

manera poco honrosa, jurando venganza contra Dracul y su familia, Y la cumplió, cuando en 1447 sus huestes apalearon hasta la muerte a Vlad II y enterraron vivo a Mircea.

Ante las noticias de la muerte de su padre, los turcos liberan a Vlad. Este consigue recuperar Valaquia, pero tan solo por meses, pues habrá de huir a Transilvania ante el avance de las tropas de Hunyadi.

La oscura leyenda de Vlad III, Draculea (hijo de Dracul) comienza con la caída en 1453 del imperio Bizantino. Mientras Hunyadi ataca a los turcos en Belgrado, Vlad los ataca en Valaquia. La suerte es desigual, Hunyadi muere mientras que Vlad recupera su país.

Fortifica Trigoviste y la convierte en capital de Valaquia. Asedia a los turcos. Conoce sus estrategias y sus armas. Y sabe que nada puede hacer con una guerra convencional, debido a la titánica diferencia numérica y económica.

Entonces Lanza su propia guerra. Una guerra de hostigamiento incesante, enmarcada por la crueldad mas absoluta. Vlad aterroriza tanto a cristianos como a musulmanes con su extremada brutalidad: No hace prisioneros. Llega a empalar a decenas de miles de personas a la vez: soldados, civiles, mujeres, niños y ancianos. El terror le permite gobernar con total arbitrariedad. nadie discute por temor a su repentina furia. No conoce limites. Manda empalar a los mendigos y pordioseros, a las prostitutas, a los pobres, a todo .aquel que no es útil para la economía o la guerra. Pero tampoco se detiene ante ningún limite ético. Manda desollar, hervir vivos, lapidar, devorar por las fieras o por sus familiares a quienes desea. Las ciudades enteras se rinden pidiendo inútilmente piedad cuando avistan su estandarte. Los ejércitos musulmanes se retiran aterrorizados ante verdaderos bosques de empalados. Se le apoda Tepes, el empalador.

El empalamiento turco es especialmente cruel. La estaca , introducida a martillazos por el ano, o mediante la utilización de caballos, es redondeada para no matar por hemorragia sino por shock traumático acumulativo, apartando los órganos en vez de desgarrarlos. El horrible espectáculo se prolonga días... y, sobre todo, se ve.

Diferentes estudios, como el de R.P. Märtin o el de R.Krippner, sitúan el numero de víctimas de Vlad Tepes entre ochenta y cien mil personas.

En 1492, los turcos consiguen, por fin, expulsarlo de Valaquia, situando en el trono a su hermano Radu. La mujer de Vlad se suicida antes de quedar presa de los infieles, y hasta el rey húngaro le traiciona, manteniéndole prisionero en vez de prestarle ayuda. Pero Vlad no se rinde. Convierte su prisión en ventaja, ganando poco a poco la confianza y el afecto del rey. A la muerte de Radu, Vlad recupera el trono con la ayuda de su ya suegro, pero carece del poder que le hizo legendario. Su ejercito deserta en masa. Cuando , en 1476, los turcos invaden Valaquia, Vlad les hace frente con menos de cuatro mil hombres.


Hay varias versiones acerca de su muerte. Todas coinciden en que fue a traición, por la espalda. Su cabeza cortada fue expuesta públicamente durante años en las puertas de Bucarest. Pero su leyenda perdura. El terror por el impuesto supera incluso los amplios limites de la época.

En un tiempo despiadado, Vlad fue aun mas lejos, y por ello su figura sirve a un escritor irlandés para encarnar el mal mas absoluto y despidadado en forma de vampiro. Pero todos sabemos, en realidad, que Vlad fue humano. Demasiado humano....

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